miércoles, 4 de febrero de 2009

Tomás ya no está



Tomás ya no está.
En Madrid hace calor y hay poca gente. 
Por momentos me siento tan solo y deshabitado que necesito salir a dar una vuelta. Yo no soy de dar vueltas por eso tampoco me tranquilizo del todo.
Fumo sin parar. Hace unos meses hice la promesa de dejarlo y no la cumplí, como tantas otras veces.
Mi nuevo trabajo es mi viejo trabajo. Conozco a muchos acá. Las demás caras me son tan ajenas que creo que me va a resultar imposible retener sus nombres. Intento pasar desapercibido aunque se muy bien que no debería hacerlo.
Edu me trajo un café que me reventó el estómago.
Ahora estoy frente a la máquina sin hacer nada. Descargo las fotos del viaje a buenos aires. Me siento tan frágil que cualquiera podría partirme en dos como haría un huracán con un árbol seco.
Cierro todas las ventanas.
Me fumo otro cigarrillo.

Llevo un rato largo intentando decidir qué foto va a ser la que adorne mi salvapantallas. No lo consigo así que cierro todas los documentos hasta dejar la máquina desnuda, con el fondo de pantalla azul océano y silencio por todas partes.




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