En el asado.
Vivimos en ese crepitar.
Nos sienta a la mesa.
Nos cubre el apellido
y el tizne; la brasa explota,
chispas.
Vino para los grandes,
los chicos corren por ahí.
Hablamos nuestros casi cuarenta,
nuestra reciente orfandad.
Lo hacemos con el silencio
que es la palabra mejor hecha.
Llega la carne
Perfecta
En su punto.
Se abre el apetito de familia.
Mañana me subo a un avión.
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