Este sábado caluroso
cumple tu día
reemplazando tu cuerpo ausente
por un cielo, en apariencia,
democrático.
La tarde confusa
te ubica sobre las cenizas y las cabezas,
coronando la vida de los otros
y la memoria.
Yo te saludo
como se saluda a los invisibles;
puertas para adentro-
una vela encendida en el secreto.
Piloteando una sonrisa en esta mueca triste,
no parece pertenecerme este festejo.
Feliz sábado, revoleo por la ventana.
Y no te llega.
Y no me siento mejor.
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