miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cansado

Estoy cansado.

Cansado de la libertad como concepto inabarcable y vacío.
Cansado de mi acotado terrenito en esa ausencia.
Cansado de las contradicciones que genera ponerse libertad entre los dientes
y sentir el agrio incómodo del libre encierro

Cansado de todos los que se erigen libres,
- revolucionarios de la pelotudez -
y permanecen presos de sus propias palabras
- de sus leves impulsos -

Cansado de mi.

Cansado de mirar alrededor y no encontrar – nunca - nada que me contenga.
Cansado de no hacer nada.
Físicamente cansado - cansándome de todo.

Cansado de que sea mi hijo el que siempre me salva.
(Pobre ángel mío - que en mi secreto - quién sabe cuándo -
sufrirá ésta carga que le dejo en herencia)

Cansado de los diarios y de los anuncios publicitarios.
Cansado de los publicitarios.
Cansado hasta el hartazgo de la estupidez:
Del ingenio
Del genio
De lo inmediato
De lo maduro

Cansado de mi orgullo y del orgullo del orgulloso.
Cansado del ego.

Cansado del miedo de los egocéntricos
De la timidez de los tímidos
Y de la obviedad de los talentosos

Cansado del talento
y de la transparencia del talento

Cansado del lento movimiento de la lucidez
y de los raptos de locura.

Cansado de la cordura - que tanto bien nos hace -

Cansado del televisor encendido
y de la madrugada -pausada y pastosa-
estirándose y ocupando la tristeza.

Cansado ahora mismo.

Me acuesto cansado.



Y no me duermo más.